lunes, agosto 12, 2013

¿Por qué nadie quiere a Lola?





"Me cansé de un amor de calendario y de esperar valentía en tu corazón" dijo, mientras agarraba las maletas. 

Se mudó de planeta, un domingo por la tarde. Invisible entre la gente que esperaba su regreso, anunciando que llegaba a fin de mes.

Cuenta, con nostalgia, que de haber tenido alma, se la habría dado sin promesas.
Pero no fue así, como no fueron los días de sueño o las noches de lunares, Lola no tuvo más remedio que partir (o eso quiso pensar para no arrepentirse).

Tenía los ojos oxidados, la mente en otro lado (persiguiendo su aroma), cuando el tren anunció su llegada. Pero en esta estación no hay más que dudas y Lola pierde el objetivo.




Se escapó de mil noches en vela. 
Sin embargo, llegó. 



¡Ay Lola!
Los secuaces de la duda que te dicen lo que no puedes escuchar, cuando por apostar se pierde el valor, la ignorancia y la locura. 
De rodillas, se consigue el sueño de esas noches que atormentan el deseo, aunque sepa a pecado.

Y sueñan los equivocados. Pero no.
No Señor, yo jamás volé.



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